” Las elecciones, a veces, son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel” (David Lloyd George
A pocos días de las elecciones intermedias, el panorama político se torna cada vez más turbio, los que ya tenemos varias décadas de vida, nos damos cuenta de que lo que creíamos superado en la historia política de este país, amenaza seriamente con regresar, la decisión está en nuestras manos. ¡Vota!
Pero entrando a la frialdad de los números, que tienen blindaje contra el “amarillismo” El INEGI nos entrega varios datos económicos interesantes. La inflación anual correspondiente a la primera quincena de mayo es de 5.80% muy por encima de los pronósticos del gobierno federal, y de las expectativas del propio Banco de México (que es el responsable de este asunto), pero poco se puede hacer cuando el propio gobierno federal ha incrementado el precio de los combustibles en cifras cercanas al 30%.
Según cifras del INEGI, en el primer trimestre del presente año, el Producto Interno Bruto (PIB) tiene una caída anual de -2.8% en términos reales, lo que confirma una recuperación económica más parecida a la letra “L” que al logo de la palomita. Como ejemplo, el crecimiento mensual de las empresas constructoras fue de 4.7% en marzo, pero que en su comparación anual es de -10.0%; o el dato del Indicador Global de la Actividad Económica que en el mes de marzo creció 2.6% pero en su comparación anual apenas alcanza un crecimiento real de 0.4%.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para abril del presente año presentan un incremento en la tasa de desempleo para ubicarse en 4.7% de la PEA, algo así como 2.7 millones de personas. Y aunque parecería que se han recuperado casi el 93% de los empleos perdidos por la pandemia, en realidad, 2.9 millones regresaron ganando un salario mínimo y 4.6 millones que no superan los dos salarios mínimos, en resumen, empleos mal pagados y sobre todo en la informalidad.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado presenta su Análisis Económico Ejecutivo donde señala el riesgo de que el “optimismo equivocado” algo así como lo contrario al “amarillismo” se apodere de los “analistas” oficiales y a partir de las comparaciones del mes de abril (abril de 2021 contra abril de 2020) empiecen a documentar el milagro económico de la 4T, pues dicho mes no sirve mucho como referente y sugiere tomar los indicadores de 2019 o incluso de 2018 (cuando estábamos mejor que en 2019).
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria da a conocer la infografía “Prioridades Presupuestarias del 2020” donde podemos entender (al menos intentar) como es que, en plena crisis sanitaria, el gasto en salud fue mucho menor, al de Defensa Nacional, Hacienda y Crédito Público y Secretaría de Economía (esos intrincados secretos de la economía moral que aún no logro entender).
La Secretaría de Economía dice que la Inversión Extranjera Directa (IED) creció 14.81% en el primer trimestre, pero el Banco de México con dato en mano, le aclara que fue no fue crecimiento sino decrecimiento, y éste fue de -29.0%. (a lo mejor las cifras de Banxico entran también en la clasificación de “amarillismo”).
La UNAM por su parte, a través de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia CORONAVIRUS publica el artículo “Impacto de los determinantes social de la COVID-19 en México” donde precisa dos datos contundentes: El 92% de las muertes por Covid-19 se han producido en una institución pública y el 94% de los decesos corresponden a trabajadores manuales y operativos, las amas de casa, los jubilados y pensionados (¿no será también “amarillismo”?)
Mientras tanto, en las tierras del tío Joe Biden la segunda revisión del PIB de los Estados Unidos confirma una tasa de crecimiento de 6.4% para el primer trimestre del año. ¡Estos neoliberales tan suertudos!
Finalmente, el precio del petróleo cierra al 21 de mayo con una pérdida de 2.08 dólares por barril en comparación con la semana previa, el peso frente al dólar cierra al 28 de mayo con una ganancia marginal de 1 centavo, y el IPC registra una ganancia de 4.23% el más alto en 33 meses. Y todo gracias a las buenas decisiones del tío Joe Biden, que en opinión de los inversionistas (no creo que sean amarillistas) la expectativa de una sólida recuperación económica en ese país se consolida, y nos pega de rebote acá, en el paraíso de la 4T, como dijera el caudillo: “Bendito México tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”
Cirilo Naranjo Cantabrana
Para leer el texto completo en formato PDF haga clic en este link.